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Yolanda Díaz, Fouché y el deán de Santiago

El crimen de ingratitud de Yolanda Diaz con sus vetos no sólo ha sido un crimen, ha sido, además, un error, un inmenso error.

24/07/2023 19:24 h

Yolanda Díaz, Fouché y el deán de Santiago

El crimen de ingratitud de Yolanda Diaz con sus vetos no sólo ha sido un crimen, ha sido, además, un error, un inmenso error.

Borges, en su “Historia universal de la infamia”, coloca, entre traficantes de esclavos, impostores, piratas, gansters, asesinos, tiranos y renegados, el caso del desagradecido deán de Santiago que quiso aprender brujería de don Yllán, mágico de Toledo.
La historia está sacada del “Libro de los ejemplos del Conde Lucanor y de Patronio”, escrito entre 1331 y 1335 por D. Juan Manuel, y cuenta cómo el deán de Santiago acudió a don Illán, en Toledo, para que le enseñara magia, prometiéndole que nunca olvidaría aquel favor.

Mientras don Yllán ordena preparar unas perdices, conduce al deán a unos sótanos para comenzar la iniciación. Empieza así la prodigiosa carrera del deán que, gracias a sus nuevos conocimientos, es pronto elegido obispo, luego arzobispo, después cardenal y finalmente Papa.
En cada uno de los nombramientos el mágico don Yllán irá pidiendo al ascendido deán que otorgue a alguno de sus hijos los puestos que va dejando, sin conseguirlo nunca.

Cuando por fin llega el desagradecido al papado, no sólo niega el favor sino que amenaza al mágico de Toledo con enviarlo a la cárcel por brujo.
Es entonces cuando las perdices que el mago había ordenado preparar resultan estar a punto, revelándonos que todos los ascensos del deán sólo habían sido una especie de salto en el tiempo que demostraban su ingratitud y su rencor con quien tanto le había favorecido.

La actitud de Yolanda Díaz con Podemos, con Irene Montero, con Pablo Echenique, con Rafa Mayoral, etc, etc… se parece mucho a la de su paisano el deán de Santiago y por eso el título de este artículo.

«Y para demostrarlo ahí están los 7 diputados perdidos respecto a 2019 y los 700.000 votos desperdiciados.»

Pero hay algo más, además del crimen de ingratitud, y aquí me voy a servir de una conocida anécdota atribuida a Fouché por André-François Miot de Mélito en sus Memorias: cuando Napoleón dio orden de secuestrar, la noche del 14 al 15 de marzo de 1804, a Antonio Enrique de Borbón-Condé, duque de Enghien, para juzgarle por traición ante un tribunal militar y ejecutarle el 21 del mismo mes, Fouché, agudo observador, comentó : “Es peor que un crimen, es una torpeza”.

El crimen de ingratitud de Yolanda Diaz con sus vetos no sólo ha sido un crimen, ha sido, además, un error, un inmenso error.
Y para demostrarlo ahí están los 7 diputados perdidos respecto a 2019 y los 700.000 votos desperdiciados.

Yolanda Diaz debería dimitir.

Margarita N.

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