Si estamos en grave riesgo de que nos gobierne la ultraderecha es por la cobardía de Sánchez y Yolanda Díaz para enfrentarse a ella y por el empeño de ambos en hundir y desprestigiar a Podemos. Que PSOE y Sumar hayan atacado a la fuerza mayoritaria de la izquierda comprando los argumentos más reaccionarios es lo que ha dado alas a Vox y PP.

El PSOE no sólo no defendió la ley feminista del “Sólo sí es sí” frente a la ultraderecha mediática y judicial, sino que adoptó sus argumentos y se juntó con el PP para tumbarla porque así dañaba a uno de los principales activos de Podemos: Irene Montero.

Yolanda Díaz se escindió y esperó a presentar Sumar sin Podemos justo en vísperas de las municipales y autonómicas para que la izquierda acudiera dividida y enfrentada y así causar el mayor daño electoral posible a los morados el 28M porque le convenía estratégicamente.

Para incrementar la debacle impulsó que Más Madrid y Compromís rechazaran listas conjuntas con Izquierda Unida y Podemos provocando que cientos de miles de votos de izquierdas se quedaran sin representación en Ayuntamiento y Comunidad. Que la extrema derecha esté ahora gobernando Madrid y Valencia con mayoría absoluta fue una decisión planificada y deliberada de Yolanda Díaz, Más Madrid y Compromís.

Ignacio Escolar confirmó en La SER que el plan de Yolanda Díaz en las generales era dejar a Podemos fuera de Sumar y que se presentasen en solitario lo que, dada la estrechez de las previsiones electorales, habría supuesto una pérdida de escaños para la izquierda respecto a ir en una lista conjunta con el correspondiente triunfo de la derecha. Hizo todo lo posible para conseguirlo pero, a pesar de recibir una humillación tras otra, Podemos se tragó el orgullo y se integró en Sumar para evitarlo. Son los dirigentes de Podemos los que han impedido con esa decisión que la ultraderecha esté ahora gobernando, porque los planes de Yolanda Díaz suponían regalar el gobierno a la derecha.

En campaña vetó a Irene Montero, Echenique y Mayoral, relegó a Ione Belarra a un lugar periférico de las listas y no tuvo en ningún momento el menor gesto conciliador hacia los votantes de Podemos. Desde su entorno, garzones, maestres, vallines y pardosdeveras les lanzaban una andanada tras otra. Ni a Yolanda Díaz ni a los suyos les importaba que este cúmulo de desprecios tuvieran como consecuencia una desmovilización en la izquierda que regalase el gobierno a PP y Vox.

En el día de la votación también fueron los seguidores de Podemos los que evitaron que ahora estuviera gobernando la ultraderecha. A pesar de las provocaciones fueron a votar masivamente a partidos que les desagradan como PSOE o Sumar (El PSOE recibió un millón más de votos que en 2019 procedentes probablemente de ellos y la participación creció un 4% respecto a las generales anteriores).

Con el tiempo se reconocerá este mérito a Podemos. Sus dirigentes sacrificaron sus egos y ambiciones personales integrándose en Sumar en las generales en beneficio del bien común. Y sus bases, bregadas en la adversidad tras años y años de acoso desde el poder, los apoyan hasta el final y se comportaron con gran madurez poniéndose “una pinza en la nariz” para acudir a votar. Mientras mantengan esa dinámica, parecen indestructibles. Cualquier otro partido que hubiera sufrido el acoso continuo de todos los medios de comunicación españoles inventando bulos y de las mafias judiciales fabricando montajes con pruebas falsas ya habría desaparecido. Pero con el partido de Ione Belarra todavía no han podido. Ni podrán.

No así Sumar. Una izquierda incapaz de empatizar con los vulnerables, con el feminismo y con el colectivo LGTBI, que da la espalda a una parte importante de su electorado y a la que no le importa regalar el gobierno a la ultraderecha con tal de conseguir sus ambiciones personales no merece ningún éxito ni le espera ningún futuro.

Tras esta primera exposición resumida, explico más en detalle algunos de sus puntos.

1. Yolanda Díaz se escinde de Unidas Podemos y espera a presentar su nuevo proyecto hasta las vísperas de las municipales y autonómicas eligiendo deliberadamente el momento en el que la presentación de Sumar más perjudicase electoralmente a Podemos

2. Sánchez mueve los hilos para que a Podemos le vaya lo peor posible en el 28M (se alía con la ultraderecha para tumbar la ley de Irene Montero para dañar su prestigio, manipula el CIS para mostrar unas expectativas electorales de Sumar completamente infladas, deja a Podemos sin espacios electorales en RTVE, etc.)

3. En lugar de hacer primarias, Sumar usa esos malos resultados de Podemos provocados artificialmente para dejarles en inferioridad y proporcionar a Yolanda Díaz una posición de fuerza en la negociación de las listas conjuntas para las generales

4. Consiguen así reducir el peso de Podemos dentro de la confluencia de izquierdas.

5. Reeditan el Gobierno de coalición pero con un espacio a la izquierda del PSOE ya no controlado por Podemos, sino por Sumar y Yolanda Díaz, mucho más cómodo para el poder

El PSOE sí supo ver el peligro de que el enfado de los de Podemos, el feminismo y el colectivo LGTBI llevara a todos ellos a la abstención y al triunfo de la derecha. Y aunque venía de hacer un guiño cómplice a los “amigos cincuentones y machistas de Pedro Sánchez” y de juntarse con el PP para contrarreformar la ley del “Sólo sí es sí”, puso a trabajar a Zapatero para captar esos posibles votos de descontentos. A diferencia de Yolanda Díaz, éste se dedicó a tender puentes públicamente con Irene Montero y a reivindicar su labor al frente del Ministerio de Igualdad. También adoptó un tono combativo en sus entrevistas en medios de derechas copiando de alguna manera el “estilo Podemos”. Resultado: mientras Sumar perdió con sus desprecios 700.000 votos respecto a 2019, el PSOE los aumentó en casi un millón, procedentes más que probablemente de simpatizantes de todos esos colectivos maltratados por Yolanda Díaz

El marco que quieren instalar es que Más Madrid y Compromís triunfaron el 28M mientras que Podemos estaban acabados y sin apoyos. Y menos mal que Yolanda Díaz y su proyecto consiguieron salvar los muebles para la izquierda en las generales. Eso repiten.

Pero no se sostiene. Los resultados del 28M los desmienten: aunque lo intenten ocultar en todos los medios, Rita Maestre sufrió un descalabro. Perdió casi un 40% de los votos respecto a las municipales anteriores, pasando de 19 concejales a 12, y Podemos e IU obtuvieron muchos más votos (1.117.197) que Más Madrid y Compromís juntos (780.000). Y la prueba definitiva de que Podemos cuenta todavía con gran apoyo es que Yolanda Díaz se niega a hacer primarias precisamente porque sabe que los seguidores de Podemos son más numerosos que los de todos los demás juntos.

La comparación correcta es con las generales anteriores. Y Yolanda Díaz, a pesar de contar con el apoyo entusiasta de todos los medios de comunicación españoles y de que la participación fue un 4% superior, ha sacado 700.000 votos y 7 escaños menos que el peor resultado de Unidas Podemos con todos los medios inventando bulos contra ellos.

Sabían perfectamente que la decisión de Más Madrid y Compromís de rechazar listas conjuntas con Unidas Podemos suponía regalar mayorías absolutas a la ultraderecha el 28M en Madrid y Valencia, pero ninguno de los seguidores de Yolanda Díaz pidió la unidad para las municipales y autonómicas. Y tampoco que se rectificara el veto a Irene Montero que obviamente podía provocar la desmovilización de miles de votos de Podemos y dar el triunfo a la derecha en las generales. Al revés: estaban encantados. Todo lo daban por bueno si humillaba a Podemos.

El comportamiento de los seguidores de Podemos fue diametralmente opuesto porque ellos sí son antifascistas. A pesar de que, salvo en Euskadi, Cataluña y Galicia, se les dejó sin ninguna opción de izquierda combativa a la que votar y que la única alternativa era elegir “con una pinza en la nariz” precisamente a los partidos que más les habían humillado (PSOE y Sumar), la responsabilidad les llevó a hacerlo de forma masiva con tal de que la derecha no llegase a gobernar España.