Image
EFE/ Enric Fontcuberta

Waterloo

En cualquier caso, quién iba a decir –ironías del destino– que los dos grandes protagonistas de aquel eléctrico mes de octubre de 2017 –Puigdemont y Felipe VI; un exiliado y el rey– volverían a serlo seis años después.

25/07/2023 12:43 h

Waterloo

En cualquier caso, quién iba a decir –ironías del destino– que los dos grandes protagonistas de aquel eléctrico mes de octubre de 2017 –Puigdemont y Felipe VI; un exiliado y el rey– volverían a serlo seis años después.

Los resultados de las generales del 23J arrojan una aritmética endiablada: PP y Vox no sumarían ni aunque lograran los síes de CCa y UPN, mientras que PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG sólo lo harían si lograran la abstención de Junts, que tiene a su líder nada menos que exiliado en la ciudad belga de Waterloo, desde donde deberá decidir si Pedro Sánchez vuelve a encabezar un Gobierno de coalición o si –como ya pasó en 2016 y en noviembre de 2019– se repiten las elecciones, con los riesgos que eso supondría; entre ellos, una victoria de las (ultra)derechas, que a estas horas aún digieren su derrota del domingo.

Si Puigdemont quiere –y si quiere, no lo hará a cambio de nada–, nuevo Gobierno de coalición; si Puigdemont no quiere, repetición electoral u otra posibilidad que no cabe descartar completamente: que diputados que han concurrido a las generales en listas “de izquierdas” no resistieran la presión mediática que se les vendría encima y acabaran facilitando con su abstención un gobierno del PP sin Vox –aunque apoyado desde fuera por Vox–. Es la opción preferida por Ferreras, por Felipe González o por el propio Feijóo, que el domingo ya escuchó gritos de “Ayuso, Ayuso” mientras se dirigía a los suyos desde el balcón de Génova, 13 con el gesto descompuesto y que ni siquiera tiene asegurado volver a encabezar la lista del PP por Madrid si se repiten las elecciones. Tampoco es del todo descartable que se intente algún tipo de enjuague de régimen encabezado por algún candidato “independiente”, que requeriría igualmente el apoyo de diputados “de izquierdas”.

«Si Puigdemont quiere –y si quiere, no lo hará a cambio de nada–, nuevo Gobierno de coalición; si Puigdemont no quiere, repetición electoral u otra posibilidad que no cabe descartar completamente: que diputados que han concurrido a las generales en listas “de izquierdas” no resistieran la presión mediática que se les vendría encima y acabaran facilitando con su abstención un gobierno del PP sin Vox –aunque apoyado desde fuera por Vox.»

Tras las generales de 2016 y después de defenestrar públicamente a Pedro Sánchez para deleite de Ferreras y Felipe González, el PSOE ya se abstuvo para permitir la investidura de Rajoy. En cuanto a la coalición electoral Sumar –ese espacio conocido como “la izquierda a la izquierda del PSOE”, aunque quizás Zapatero no sepa muy bien por qué–, cuenta con 31 escaños, de los que sólo diez pertenecen a Movimiento Sumar –el partido de Yolanda Díaz– y los otros 21 se reparten entre otras siete formaciones: Podemos (5), IU (5), Comuns (5), Más país (2), Compromís (2), CHA (1) y Més (1).
Habrá que ver cómo resisten unos y otros la presión mediática que podría venírseles encima, si es que la resisten todos; recordemos que Díaz viene de pactar el apoyo a su reforma laboral con el Ciudadanos del trío de Colón y con la Ejecutiva de UPN.

Por ejemplo, Francia es una república presidencialista y su ciudadanía elige directamente al jefe del Estado; lo hace a doble vuelta: en la primera elige entre varios candidatos, y en la segunda elige entre los dos candidatos más votados en la primera. España es una monarquía parlamentaria –lo de “monarquía” lo impuso Franco a su muerte en 1975 y lo de “parlamentaria” lo añadieron la UCD, el PSOE, el PCE, parte de AP y compañía tres años después, tras refrendar la monarquía– y su ciudadanía no elige, ni directa ni indirectamente, al jefe del Estado y tampoco elige directamente al presidente del Gobierno; lo que elige directamente son los 350 diputados del Congreso, que después investirán –o no– al presidente del Ejecutivo que proponga el jefe del Estado tras la preceptiva ronda de consultas.

A estas horas, no se sabe ni de qué formación será el próximo presidente, o presidenta, del Congreso o qué candidato a presidente del Gobierno propondrá –o propondrá antes– el cabeza de la dinastía borbónica restaurada por Franco. En cualquier caso, quién iba a decir –ironías del destino– que los dos grandes protagonistas de aquel eléctrico mes de octubre de 2017 –Puigdemont y Felipe VI; un exiliado y el rey– volverían a serlo seis años después. “The history book on the shelf is always repeating itself” (el libro de historia en el estante siempre se repite). Lo cantaba el grupo sueco ABBA en la pegadiza... 'Waterloo'.

Te puede interesar
Te puede interesar