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EFE/ Gema García

Vosotros, machistas, sois los terroristas

Fijaos como será la cosa, que hasta el emérito ha anunciado que vuelve si ganan los malos, esos con los que se siente “como en casa”, los de atado y bien atado, los que se juntaban con narcos, pero no sabían que lo estaban haciendo porque no existía Google.

21/07/2023 10:00 h

Vosotros, machistas, sois los terroristas

Fijaos como será la cosa, que hasta el emérito ha anunciado que vuelve si ganan los malos, esos con los que se siente “como en casa”, los de atado y bien atado, los que se juntaban con narcos, pero no sabían que lo estaban haciendo porque no existía Google.

A veces la distopía en la que nos encontramos es tan poco creíble que a cualquier guionista por muy bueno que fuera, le habrían tirado la trama a la basura por inverosímil. Sin embargo, que la realidad superaba la ficción nunca fue tan cierto, al menos en la política institucional española.

Si hace unos años nos hubieran dicho que un autobús llevaba propaganda electoral de Falange Española con la cara de José Antonio Primo de Rivera no lo habríamos creído. Tampoco lo de las lonas de VOX echando a la basura a las feministas, al colectivo LGTBIG+ y en general a todos que no sean ellos mismos. Tampoco habríamos imaginado que habría un partido que negara la violencia de género como quien dice que la tierra es plana y se enorgullece por ello. Se supone que habíamos evolucionado como sociedad, que había algunos temas, los derechos humanos y tal, que creíamos superados. Parece que no, que tardamos mucho en conquistar derechos, que pueden perderse en cuestión de poco tiempo. Sin embargo, cuántas veces hemos escuchado a nuestros amigos y amigas memorialistas repetir que "sin memoria ni recuerdo, la historia está condenada a repetirse".

Hemos construido una falsa e imperfecta democracia sobre demasiadas fosas comunes y personas que nunca han sido encontradas, siendo este nuestro país el segundo del mundo donde más desaparecidos hay sin buscar después de Camboya. No hubo verdad, ni justicia ni reparación a las víctimas republicanas, dejándolas caer en el olvido y en el silencio, y ahora nos resulta extraño que la derecha y la extrema derecha campen a sus anchas. Como dijo nuestra querida Almudena Grandes "la memoria no tiene que ver con el pasado. La memoria es un asunto del presente que se proyecta hacia el futuro". Creo que en general en este país la memoria ha brillado por su ausencia y es probable que ahora suframos las consecuencias de un alzhéimer democrático que perdure en el futuro.

«Las activistas feministas pusieron el cuerpo y algunos medios -pocos- se hicieron eco de ello, ¿por qué será? »

Fijaos como será la cosa, que hasta el emérito ha anunciado que vuelve si ganan los malos, esos con los que se siente "como en casa", los de atado y bien atado, los que se juntaban con narcos, pero no sabían que lo estaban haciendo porque no existía google. Como si ahora sí, ahora con internet hubiera un radar de narcos que te localizara al más próximo de casa para darte una vuelta en su yate y echarte cremita en la espalda.

Me asusta el posible resultado electoral del próximo domingo, pero me asusta aún más el vivir rodeada de gente que tiene esos pensamientos ultras que niegan la violencia de género, que son racistas y xenófobos, porque va a ser complicado terminar con el virus del fascismo ya asentado en nuestra sociedad gracias a Ana Rosa y compañía. Eso sí que va a ser una asignatura pendiente, que no solo va a depender de que se ganen o pierdan elecciones y que va a necesitar de una sociedad civil organizada que planta cara a quienes quieren devolvernos al siglo pasado. FEMEN les plantó cara hace unos días en la sede de VOX, al grito de “Vosotros, machistas, sois los terroristas” y desplegando una pancarta en la que podía leerse: “Negar el machismo nos mata: Vox, el partido del terrorismo machista”.

Las activistas feministas pusieron el cuerpo y algunos medios -pocos- se hicieron eco de ello, ¿por qué será? Willy Veleta sí estuvo en la acción y pueden verla en este mismo canal. Ese va a ser el camino si queremos volver a una sociedad decente y quizá hemos tardado demasiado tiempo en darnos cuenta, consecuencia de la distopía en la que estamos inmersas.

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