Image

También irán a por vosotros

Somos una sociedad tan mezquinamente ciega que una vez descubrimos que la derecha y la ultraderecha triunfan, necesitamos señalar a un culpable, un chivo expiatorio que asuma las culpas de la sorpresiva aparición del fascismo en las urnas.

08/07/2023 10:00 h

También irán a por vosotros

Somos una sociedad tan mezquinamente ciega que una vez descubrimos que la derecha y la ultraderecha triunfan, necesitamos señalar a un culpable, un chivo expiatorio que asuma las culpas de la sorpresiva aparición del fascismo en las urnas.

El “que todo cambie para que nada cambie” se materializa. No acierto a comprender si es por la absurda inocencia de una desclasada y desafecta sociedad o por la constante y machacona campaña de publicidad de la ejemplar transición que nuestros políticos llevan haciendo estos últimos 45 años. Lo cierto es que, todo ha cambiado para que nada cambie. Tanto es así que nos encontramos en una encrucijada moral en la que una vez asumido que vivimos en un país democrático y aperturista, evolucionado y progre, no acertamos a entender cómo la derecha y la ultraderecha han ocupado los templos de la política. Asumimos complacientemente que, la transición hizo desaparecer por arte de magia todo el fascismo que llenó cárceles y cunetas durante años, que todos aquellos políticos, militares, policías y curas desaparecieron sin dejar rastro. Asumimos que ya estábamos a salvo en una Europa que se viste de libertad y democracia, una Europa en la que su bandera azul publicita que cabemos todas. Qué error.

Hoy a las puertas de unas elecciones generales, vemos nuestros derechos recortados, incluso eliminados y nos echamos las manos a la cabeza. Se prohíben obras de teatro, banderas en el Día del Orgullo, se tumban leyes para la protección de la biodiversidad y la naturaleza, leyes y medidas contra la violencia machista, se propicia la censura por parte de PP+VOX… Ni siquiera somos capaces de analizar la aparición de VOX en el panorama político y asumimos como marcianas las medidas del PP para favorecer la escalada de poder de este partido de ultraderecha. Hemos sido incapaces de ver que lo que iba a ser la tumba del fascismo, ha sido finalmente el hogar del fascismo y que partidos como PP y VOX no son más que los herederos de aquel fascismo que llenó cunetas que hoy en día todavía no se han vaciado.

«Hoy vienen a llevarse a las mujeres, pero mañana irán a por vosotros y entonces, solo entonces, cuando toquen vuestras puertas con cruces y armas, seréis conscientes de que una vez callasteis y otorgasteis.»

Somos una sociedad tan mezquinamente ciega que una vez descubrimos que la derecha y la ultraderecha triunfan, necesitamos señalar a un culpable, un chivo expiatorio que asuma las culpas de la sorpresiva aparición del fascismo en las urnas. Y la sociedad señala, la culpa de todo la tiene el feminismo. Este asqueroso discurso señalando a las mujeres, no hace más que exacerbar la misoginia de la sociedad y otorga cabezas de turco para que ésta, aliviada, pueda descargarse de culpas. Mientras el futurible presidente del gobierno, Alberto Núñez Feijóo, echa una mano a su amigo de VOX Carlos Flores y describe las amenazas de Flores a su mujer como “un divorcio duro”, Pedro Sánchez, su homólogo nos cuenta en prime time que hay hombres que se sienten incómodos con el feminismo. Feijóo y Sánchez, los dos aspirantes a la presidencia, en su tournée por programas líderes de audiencia, no ocultan quién es el enemigo que lastra sus políticas neoliberales, el feminismo. Y pese a que sus discursos deberían diferir en lo ideológico, en esencia, son igualmente misóginos. Esta es la realidad del bipartidismo que heredamos de la ejemplar transición y que volverá a jugar con el miedo a la ultraderecha, señalando a la última forma de resistencia que planta cara al sistema, el feminismo.

Mientras la izquierda dividida ocupa su tiempo en luchas intestinas, observamos que todas las medidas que la derecha está tomando tras su llegada a consistorios y ministerios están dirigidas a la eliminación de derechos que el feminismo y colectivos LGTBI han conquistado estos últimos años. Mientras el ruido mediático y los mensajes que alertan de la súbita llegada de la ultraderecha se lanzan sin control sobre la población, las calles se llenan de cadáveres de mujeres y datos de violencia machista inasumibles. Ya deberíamos haber asumido esta advertencia, pero nos perdemos en la desinformación por exceso de información, fake news y amenazas; hoy vienen a llevarse a las mujeres, pero mañana irán a por vosotros y entonces, solo entonces, cuando toquen vuestras puertas con cruces y armas, seréis conscientes de que una vez callasteis y otorgasteis.

Te puede interesar
Te puede interesar