La dinámica política que se está desarrollando deja al descubierto que no debieron dejarse de lado las fuentes de la movilización ciudadana del 15M. Las funciones de gobierno frecuentemente han incurrido estos años en ese error. La disrupción que significó Podemos se alimentó del impulso protagónico derivado de la expresión de una voluntad colectiva de participación en la “res pública”.

De algún modo, en plazas y calles, se le hicieron saber a los que se sintieron con ganas de desarrollar y aplicar las ideas, que la energía colectiva no se sentía representada hasta entonces. El 15M expuso el hartazgo por los viejos modos de hacer política desde los locales partidarios bajo la supervisión de las cúpulas dirigentes más cercanas al poder fáctico empresario, militar y religioso, que a las necesidades populares. Entonces llegaron las elecciones europeas que colocaron a Podemos en la mente y corazón de la mayoría de la población española.

El concepto de inteligencia colectiva se vio impulsado con las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente con la llegada de Internet a la vida de la gente modificando la forma de ser pensar y hacer. Con la expansión de la red aparecieron nuevas formas de relacionarse, en las que los ciudadanos pasaron a ser también creadores. Se acuñó el término prosumidores como consecuencia de una gran facilidad para el aporte de información libremente. Esta situación brindó la oportunidad que ha derivado en la creación de espacios dedicados exclusivamente a la creación de contenidos a través de una inteligencia colectiva que se siente protagonista.

Merced a esa inteligencia se pudieron recopilar datos proporcionados por usuarios de la web, redefiniendo el conocimiento, como un bien con actualización constante. Mediante el análisis de las redes sociales se pudieron estudiar las propuestas de los usuarios para efectuarles diversas sugerencias, o recibirlas. Sin embargo, estos datos aún pudiendo no ser fiables del todo, por la intromisión perturbadora de las brigadas de bots y trolls, que se implantaron para destruir la opción de crear espacios de libertad más allá del control del poder establecido, significaron el germen del ideario de una nueva forma de hacer política para las personas.

Si prestas atención a la gente, a sus aspiraciones y deseos, esas mismas personas te prestarán atención a ti.

El beneficio de la inteligencia colectiva en la web, reside en que se obtienen, de modo directo, una diversidad de opiniones proveniente de distintas personas, pertenecientes a distintas culturas, residentes en otras partes de la España no madrileña. Es entonces como la diversidad de los aportes permite obtener una idea o un dato más cercano a la realidad, abriendo un espacio hacia distintas cuestiones de manera global.

A juicio del que escribe, se cometió el error táctico de jugar la confrontación en el espacio dominado por la opinión publicada, en lugar de alentar la participación, cuasi asamblearia, a través de las redes. Eso supuso un alejamiento entre representados y representantes. Es decir, el combustible de la participación es el debate perpetuo. Salir de la academia y permanecer en la plaza. De lo virtual a lo corpóreo. De la propuesta a la acción. Recuperar el espacio en donde las personas del pueblo se han sentido atendidas.

Desatender las voces de ese colectivo que genera la sustancia que produce la inteligencia colectiva fue un error táctico que no debería repetirse. Ello, para el caso de asumir que se pueden alentar las energías insatisfechas con los inventos fallidos y las traiciones consumadas.

Está dicho. Sea cual sea el resultado del 23J.