El pasado mes de abril El País y la Cadena SER hicieron públicos los resultados de una investigación sociológica de 40DB, la consultora de Belén Barreiro, a propósito del problema de la vivienda en España. El País publicaba también, en forma de artículo, el análisis de Belén Barreiro sobre los resultados del estudio. Quedaban claras varias conclusiones de gran importancia.

La primera es que la vivienda ya no es solo un problema para los jóvenes que no logran emanciparse porque no pueden pagar un alquiler. La vivienda es ya también un problema para los millares de familias españolas que tienen contratada una hipoteca a tipo variable (más del 50%) a las que la subida del Euribor por encima del 3% ha colocado en una posición enormemente vulnerable.

La segunda es que la vivienda hoy preocupa a sectores de la sociedad ideológicamente muy dispares. A diferencia de otros temas, como por ejemplo el cambio climático que preocupa más a la gente de izquierdas, no poder pagar el alquiler o la hipoteca es una preocupación transversal.

La tercera conclusión es quizá la más relevante: La vivienda se está configurando como el tema que expresa de manera más intensa la lucha de clases; los problemas para acceder a una vivienda tanto por la vía del alquiler, como de la compra mediante hipoteca, determinan hoy el principal espacio de choque entre el trabajo (de quienes solo cuentan con su salario para acceder a la vivienda) y el capital (los fondos, los bancos y los grandes propietarios que obtienen inmensos beneficios de la especulación con lo que ideológicamente consideran un bien de mercado). La vivienda esta enfrentando hoy la reclamación de un derecho social de la clase asalariada a la voluntad de los actores oligárquicos de enriquecerse.

Al menos por las dos primeras razones y seguramente también por la tercera, el estudio de Barreriro sirvió como impulso para que el PSOE aceptara algunas de las medidas que Podemos logró plasmar en el acuerdo de legislatura y a las que el PSOE se ha resistido desde que formó gobierno con Unidas Podemos. Y llegó la Ley de vivienda pactada por el PSOE, Podemos, ERC y Bildu. Y como ocurre con todas las medidas impulsadas por Podemos a las que el PSOE se resistía, una vez aprobadas son reivindicadas por el partido de Sánchez para hacer campaña mientras buena parte de los medios prefieren no recordar la posición que mantuvo cada formación o que el presidente de la patronal inmobiliaria es un dirigente del PSOE que fue ministro y alcalde de Barcelona.

Recién aprobada la ley de vivienda y ante la subida del Euribor Ione Belarra propuso en el Gobierno obligar a los bancos a que permitan a sus clientes con hipotecas a interés variable cambiarse gratis al tipo fijo, evitando así el desastre social que se avecina si el Euribor y la voracidad de los bancos continúan como hasta ahora

El PSOE no solo se negó sino que respondió llevando al presidente a un acto con Botin para presentar allí una propuesta para subvencionar hipotecas diseñada por el propio banco que ya fracasó en Reino Unido, pero que facilita el enésimo trasvase de dinero público a la banca y entusiasma a la derecha. La mejor prueba de que los asesores del Presidente se pasaron de frenada es que han congelado la propuesta hasta que pase el tiempo electoral de las chaquetas de pana y las propuestas de izquierdas.

La derecha y la ultraderecha también entendieron el estudio de Barreriro. Conscientes que sería demasiado salir a la calle con pancartas que dijeran “Vivan los bancos y los fondos buitre” han optado por seguir poniendo el foco en la “ocupación” y han sido capaces incluso de movilizar a escuadristas nazis de empresas de seguridad privada para provocar disturbios. La derecha mediática, por su parte, presenta cada día el allanamiento de morada como una praxis masiva fomentada por la izquierda frente a la que los ciudadanos no tendrían ningún tipo de protección. Mientras las empresas de seguridad que pagan a esos medios sus anuncios de alarmas, hacen su agosto.

Pero entonces ¿Por qué gobernar con un PSOE que tiene a uno de sus dirigentes históricos al frente de la patronal inmobiliaria? ¿Por qué gobernar con un partido que está más cerca ideológicamente de los gabinetes de análisis de los bancos que de la izquierda? Pues porque el gobierno es un terreno de lucha política que ofrece mejores resultados para la clase asalariada que el ring parlamentario; porque pocas cosas se pueden cambiar sin tener responsabilidades de gobierno; y, finalmente, porque la lucha de clases es algo demasiado importante como para sacarla del gobierno.