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Por qué Canal Red necesita salseo

Necesitamos inteligencia y entusiasmo pero también rosas, punk, distracción y recreo para ensanchar los márgenes de lo posible.

09/06/2023 12:30 h

Por qué Canal Red necesita salseo

Necesitamos inteligencia y entusiasmo pero también rosas, punk, distracción y recreo para ensanchar los márgenes de lo posible.

Si esperábais otra columna de opinión sobre la unidad de la izquierda, no es aquí.

Al fin y al cabo, -básica como es una- a mi los Vistalegres me pillaron lejos, bebiendo calimocho en algún centro social de las periferias del Patio Maravillas, que ya me parecían demasiado señoritos para mis estándares de entonces. Eso sí, siempre con la sana sospecha de rehuir cualquier proyecto en el que estuviera embarcado Alba Rico. Así que en estos días frenéticos he determinado que la razón última de mis simpatías debería ser, como fue entonces, el para qué. El programa. El por qué y el cómo, más allá de vaguedades, que se supone que es para lo que estamos aquí. ¿No? Será la dulce ingenuidad de la izquierda calimocho.

Porque con acuerdo de Schrodinger o sin él, -que quizá a estas alturas, cuando leas esta columna, ya se haya decidido- y sin desdeñar un solo segundo la gravedad de todas las decisiones que se tomen y del futuro de este país nuestro, me permito la frivolidad de hablar de otra cosa, porque pasado mañana el mundo seguirá girando y la izquierda, en su eterno viaje de ida y vuelta al posibilismo que tan bien explica Arantxa Tirado, seguirá conjurando. No me cabe duda.

Pase lo que pase, hace falta un poco de oxígeno, de humor y sano cinismo, para tragar con esto, para volver a ilusionarse. Así que, desde aquí, hago una demanda sincera a quien corresponda en este Canal: disputad el entretenimiento. Disputad el marujeo. Disputad la risa y lo liviano para abordar lo profundo. Disputad el colorín, que no todo es rojo y negro.

«Y para lo que venga, vista larga y mucho acierto. Parafraseando a Belén Esteban en su elegante despedida de Sálvame: “A Ana Rosa te deseo todo el éxito del mundo y a Mediaset, le mando un beso a todos.»

Porque para romper el cerco mediático no todo van a ser Bases y Tableros, y también necesitamos hablar, por ejemplo, de que Ana Obregón ha vuelto a España con su bebé comprada en Miami sin que nadie le diga ni pío pese a la flagrante ilegalidad que comete; que tenemos que hablar de Supervivientes y de cómo han construido un espíritu de colectividad entre tanto individualismo en Cayos Cochinos. Comentar la Isla de las Tentaciones y cómo el heteropatriarcado está tocado de muerte aunque a las feministas nos digan que no sabemos parar y que nos hemos pasado de frenada. De que Makoke, la ex de Matamoros, ha hecho una exclusiva sentada sobre una mesa que perteneció a Mussolini porque la compró su ex, Javier Tudela, que es el que heredó el yate de Francisco Correa. De cómo Anabel Pantoja, musa del body positive, dice que tiene okupas en su piso cuando en realidad pretende deshauciar a sus inquilinos. De lo mal que lo ha pasado Doña Sofía teniendo que fingir normalidad con Juan Carlos en la boda real Jordana. Del semen de fuerza de Ortega Cano, de si hay sororidad en el despecho de Shakira. Que si no lo contamos nosotras, si no analizamos también esa parte de la vida con clase, y género, y gracia, solo quedarán las Ana Rosas para contarlo y coincidiremos (que llevo mucho Hola a las espaldas) en que hay mucha menos política en el Telediario que yendo a divertirse al Hormiguero. Todo eso necesitamos, supongo que ya lo habéis pensado, pero vengo a recordároslo, porque a mí los estereotipos de gruñona, dogmática o de pureta no me duelen, pero aburrida, eso sí que no; ni muerta.

Así que hagámonos un favor y entretengámonos juntas. Que nos quitan Sálvame, y se viene un verano caliente, caliente, y hay días que solo nos queda el salseo. Y total, hablar de listas electorales y de la disputa de las internas de los partidos no es muy diferente a la disputa por la atención y el poder que se libra en cualquier magazine rosa de media tarde… no os creáis tan diferentes.

Que no hay nada más gramsciano que entusiasmarse, que reírse, que que un día vengan y no puedan arrebatarte lo bailao. Necesitamos inteligencia y entusiasmo pero también rosas, punk, distracción y recreo para ensanchar los márgenes de lo posible.

Y para lo que venga, vista larga y mucho acierto. Parafraseando a Belén Esteban en su elegante despedida de Sálvame: “A Ana Rosa te deseo todo el éxito del mundo y a Mediaset, le mando un beso a todos”.

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