Dos señores se disputan el puesto de presidente del Gobierno, nada nuevo los últimos 45 años. Mientras un señor vuela un puente y el otro no permite que barcos con cereal ucraniano naveguen por sus aguas. Esto es grave, todo el cereal del mundo se encuentra en Ucrania, preparaos para la hambruna. Mientras nadie se explica de dónde han salido los señores de verde que propagan su fascismo aupados por los votos de los nietos de los golpistas. Mientras… mientras… mientras… los señores.

Mientras los señores se reparten el pastel del mundo y lo hacen con violencia, represión y hambre, nosotras las mujeres deberíamos encargarnos de cosas que nos atañen de manera brutal, cosas de menos enjundia, por supuesto. Hablo del comercio que hacen estos señores sobre nuestros cuerpos y su fruto. Hablo de la explotación reproductiva a la que somos sometidas las mujeres, o como les gusta llamar a los y las comerciantes de seres humanos, gestación por sustitución o gestación subrogada, en un intento de ocultar con lenguaje tecnocientificista el horror del comercio de seres humanos. Pues bien, a finales de este mismo mes en Bilbao, se celebra el I Congreso Internacional de Mujeres y Gestación por Sustitución. El evento que se celebra en la Alhóndiga de la ciudad, edificio público gestionado con dinero público del Ayto. de Bilbao, al que irónicamente pusieron de nombre Azkuna Zentroa, ya está siendo publicitado por los medios afectos; EITB, Deia y El Correo, con extensas entrevistas sobre las bondades de esta forma de comercio de seres humanos y con la presencia de las dos primeras niñas por gestación subrogada en España, niñas que arrojan titulares como “Somos feministas (…) no tenemos madre, tenemos dos padres”. No es casual que este primer congreso para blanquear una práctica de comercio de mujeres y niñas que en el estado español es ilegal, se celebre en Bilbao.

No obstante, la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra son las autonomías donde más se comercia con bebés. Un tercio de las niñas y niños que cruzan la frontera española en situación irregular, son dados de alta en la Comunidad Autónoma Vasca, mayoritariamente en Bizkaia, 250 bebés al año y subiendo.

Atendiendo a un supuesto derecho a ser madres y padres, con el amor y el altruismo por bandera, las y los vascos obreros estamos comerciando con la vida de mujeres en situaciones materiales más deficientes que la nuestra. ¿Quién no conoce en su bloque, barrio o pueblo a una pareja que ha comerciado con un bebé? Entiendo que mi lenguaje pueda herir la sensibilidad de los compradores, pero es que el lenguaje mercantil no tiene alma y cuando se utiliza para el comercio de seres humanos, por mucho que lo vistamos con neolenguaje que atienda a los sentimientos, aparecerán palabras como dinero, contrato, cláusula, frontera, documento, entrega, tasas, gestante, anulación de contrato, sustitución, restitución, subrogación…

Por cierto, en Ucrania y debido a la situación de guerra que viven, no quedan mujeres ucranianas suficientes para atender a los compradores que siguen demandando bebés y desde las clínicas de Kiev se buscan mujeres blancas europeas que “quieran” alquilar sus vientres para europeos más afortunados. Las características físicas de las madres atenderán a razones elevadas que nada tienen que ver con las exigencias y racismo del comprador, deduzco. Sea como fuere, ya sabéis, pese a la guerra, el negocio debe continuar. Pese a la guerra, los compradores siguen teniendo deseos, derechos que saciar. Invito a las personas que acudan a este congreso a que vayan a Kiev a gestar para terceros. Menos mal que todos estos problemas coyunturales tenderán a desaparecer cuando se extienda la práctica de utilizar cuerpos de mujeres en situación de muerte cerebral para gestar bebés, ideaza del capital patriarcal y de Anna Smajdor de la Universidad de Oslo en Noruega, que ya se publicita en países del norte y que nos lanza esta pregunta llena de amor y solidaridad ¿por qué los úteros de cadáveres de mujeres con tallo cerebral en camas de hospital deberían desperdiciarse?