Image

Han soltado a la bestia

Aquellos que se revolvían ante la supuesta existencia de una “cultura de la cancelación”, de la “dictadura de lo políticamente correcto”, una batalla ‘woke’, ahora vetan, cancelan, silencian, sustituyen.

05/07/2023 12:30 h

Han soltado a la bestia

Aquellos que se revolvían ante la supuesta existencia de una “cultura de la cancelación”, de la “dictadura de lo políticamente correcto”, una batalla ‘woke’, ahora vetan, cancelan, silencian, sustituyen.

Estamos cansadas de repetir, una y otra vez, la necesidad de tener referentes en la cultura. De ver personas como nosotras, que nos reflejan, que nos ayudan a identificarnos, a saber que no estamos solas, que existen otras iguales. Personajes que hablan de nosotras, de nuestra realidad, de nuestra historia. Espejos en los que mirarnos. Porque no hay nadie que no sepa que vernos representadas en el cine, el teatro, la música, la televisión o la literatura, es vital para que nos hagamos más fuertes. Dejemos de pensar que explicar y reivindicar esto es una labor pedagógica más, que hay quienes ignoran la importancia que tienen los referentes. Lo saben. Lo saben muy bien. Por eso nos censuran.

Han pasado apenas dos meses desde que entraron en las instituciones y el Partido Popular y Vox han soltado a la bestia. Una bestia insaciable y perversa, cuyos colmillos se afilan, cuyas fauces se abren y cuya lengua se relame cuando detecta en el aire cualquier aroma con una pizca de libertad. Una bestia que han liberado para que rastree y cace, incluso en aquellos territorios donde no gobiernan, y que ya ha empezado a alimentarse: ‘Orlando’, ‘Lightyear’, ‘La villana de Getafe’, ‘Nua’, ‘El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca’. La bestia muerde, masacra, y ellos justifican la matanza.

«La cultura es pensamiento, rebelión, subversión. La cultura es y ha sido capaz siempre de reventar el orden establecido, lo políticamente “correcto”, la moral vetusta. Y por eso les da miedo. Por eso han soltado a la bestia.»

En algunos casos, la víctima cae por “una cuestión técnica”. En otros, porque “no alcanza el presupuesto” o “el contenido no va en la línea de programación”. Y podría tratarse de una casualidad, una coincidencia, varios casos aislados… pero pronto se ha dejado ver que son motivos ideológicos. Porque hay otros casos en los que no han querido disimular y alegan que se censura por la presencia en el contenido de “perversiones sexuales” o “ideología LGTB”. O que se pretende “defender la lengua oficial del Estado”. O simplemente callan y ya está.

Estas acciones no hacen más que provocar una reacción en cadena. Las obras censuradas son una suerte de fichas del dominó de una censura cultural que pensábamos acabada pasado el franquismo. Aquellos que se revolvían ante la supuesta existencia de una “cultura de la cancelación”, de la “dictadura de lo políticamente correcto”, una batalla ‘woke’, ahora vetan, cancelan, silencian, sustituyen.

Y tras esto, vendrán las leyes. Leyes que garanticen su derecho a vetar, a cancelar, a silenciar, a sustituir la cultura. La expresión. La libertad. Porque la cultura es todo eso y más. La cultura es pensamiento, rebelión, subversión. La cultura es y ha sido capaz siempre de reventar el orden establecido, lo políticamente “correcto”, la moral vetusta. Y por eso les da miedo. Por eso han soltado a la bestia.

Te puede interesar
Te puede interesar