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MADRID, EFE/ J.j.guillen

De no querer sumarse, a depender de que la izquierda sume

Lo que hoy tanto desea el PSOE, que los partidos a su izquierda sumen para así poder frenar a la derecha y a la ultraderecha.

20/05/2023 12:45 h

De no querer sumarse, a depender de que la izquierda sume

Lo que hoy tanto desea el PSOE, que los partidos a su izquierda sumen para así poder frenar a la derecha y a la ultraderecha.

Es de agradecer que ante las elecciones municipales y autonómicas de finales de mayo y, sobre todo, antes las generales que se convocarán previsiblemente a fin de año, que es cuando tocan, alguien haya tenido la idea de recurrir a la hemeroteca y ponernos delante de la mirada no siempre memoriosa los resultados de los comicios generales celebrados el 26 de junio de 2016.

Ésa sí que podría haber sido una fecha histórica para la izquierda en España en el último medio siglo, pues la suma de escaños entre el Partido Socialista y Podemos habría conformado un primer gobierno de coalición mucho más efectivo en teoría del que el que se dio cuatro años después.

Lo que hoy tanto desea el PSOE, que los partidos a su izquierda sumen para así poder frenar a la derecha y a la ultraderecha, y evitar un gobierno de coalición entre ambas a la imagen y semejanza retrógrada del que existe en Castilla y León, no lo quiso entonces el que ya podría haber sido en 2016 presidente del Gobierno. Si lo es actualmente, lo fue a consecuencia de una suma menos proporcional que la que se dio en 2019, después de que a Podemos le arrebataran buena parte de aquel caudal de votos las cloacas mediáticas, funcionando a destajo y de manera abyecta, y las propias y lamentables diferencias internas del partido morado.

La diferencia substancial entre aquella primera suma que no fue posible y la segunda consumada es que, con los casi cinco millones y medio de votos del Partido Socialista y los cinco millones y un poco más de Podemos, se habría alcanzado un gobierno de mayoría sin necesidad del respaldo de los partidos independentistas, como ocurrió tres años más tarde.

«¿Cuál será la situación tras los próximos comicios generales?»

Lo que le gustaría al PSOE es que esa suma a su izquierda, imprescindible para mantener a Pedro Sánchez en La Moncloa según las encuestas, fuera más moderada que aquella de color morado de 2019. Pensaba el Partido Socialista que para eso le bastaría con aupar a Yolanda Díaz y juntarla con otros partidillos disidentes de Podemos, pero no, hasta Prisa se apercibió de ese error de cálculo.

El arúspice Iván Redondo, consultor años atrás de Sánchez, vino a decirle a éste que va a tener que tragar una vez más con quienes le alteraban el sueño en 2016, responsables esta legislatura de los avances sociales más sustantivos, aunque quedaran otros pendientes. Otro habría sido el resultado del cuatrienio, sin duda menos satisfactorio, de no haber estado subrayado en morado. Ahora lo que le quita el sueño a Sánchez no es sumar con la izquierda, sino que la izquierda no sume.

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