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EFE/ Mariscal POOL

Ana Rosa, Dani Alves y la cultura de la violación

¿Qué será lo siguiente? ¿Entrevistar a un terrorista? ¿A un pederasta? ¿Contar cómo un asesino ha matado a su víctima? ¿Retransmitirlo en directo?

23/06/2023 10:59 h

Ana Rosa, Dani Alves y la cultura de la violación

¿Qué será lo siguiente? ¿Entrevistar a un terrorista? ¿A un pederasta? ¿Contar cómo un asesino ha matado a su víctima? ¿Retransmitirlo en directo?

Este pasado miércoles, el programa de Ana Rosa Quintana entrevistó en exclusiva a Dani Alves, exjugador del Barcelona acusado de haber violado -presuntamente- a una joven en una discoteca de Barcelona, un hecho que le mantiene a día de hoy en prisión y por el que la jueza no le ha permitido “disfrutar” de la libertad provisional pese a que el abogado de Alves lleva meses insistiendo en ello. Que Alves siga en prisión quizás tenga algo que ver con las contundentes pruebas que obran en manos de la jueza que demostrarían su culpabilidad. Eso y que Dani Alves, de nacionalidad brasileña podría en cualquier momento fugarse y saltarse el proceso judicial, pues recordemos que entre España y Brasil no hay acuerdo de extradicción.

Volviendo al tema principal, diferentes sectores han criticado públicamente esta vomitiva entrevista por legitimar a un presunto violador. Mucha gente se pregunta qué será lo siguiente. ¿Entrevistar a un terrorista? ¿A un pederasta? ¿Contar cómo un asesino ha matado a su víctima? ¿Retransmitirlo en directo?. Si la prensa de nuestro país había tocado fondo cubriendo el asesinato de las niñas de Alcácer, la amiga de Villarejo ha superado todas las expectativas. Y aquí van un par de apuntes al hilo de todo esto.

En primer lugar es importante contextualizar el momento en el que se produce esta entrevista. Si el sensacionalismo en el mundo del periodismo triunfa es por la derechización que atraviesa nuestra sociedad fruto de esa batalla cultural en la que, de entrada, la derecha -empujada por la extrema derecha- va ganando por goleada. Por otro lado, esta entrevista se produce en plena campaña electoral, una campaña donde se está visibilizando la disputa de esa derecha contra el feminismo y sus conquistas legislativas y sociales. No es casual que se esté banalizando la violencia machista intentando manipular la realidad haciendo pasar a un presunto violador por un pobre hombre de familia, inocente, al que le están destruyendo la vida. Se llama cultura de la violación y es precisamente lo que venía a desmontar el movimiento 8M en las calles, y la Ley del Sólo sí es sí en el ámbito político-legislativo. Una campaña que lleva meses orquestada no sólo por el poder político (a nadie sorprende ya lo que ocurrió con la ley del solo sí es sí, redactada por el Ministerio de Justicia en manos del PSOE), sino tambien por el poder judicial (recordemos la decisión del Tribunal Supremo de rebajar las condenas a violadores, justo la semana en la que se estaba debatiendo el veto del partido de Yolanda Díaz a Irene Montero) y fundamentalmente del poder mediático, que a fin de cuentas es quien opera como altavoz de toda esa ofensiva reaccionaria.

«Si Ana Rosa sigue hanciéndolo igual de bien en esta campaña, quizás le ponga el señor Feijóo un monumento en la puerta de Alcalá, porque regarla con dinero público eso ya no es ninguna novedad.»

Y por si no fuera poco, ayer mismo en el mismo programa de Ana Rosa en lo que llaman como “segunda parte de la entrevista a Alves”, han retransmitido el día a día de Alves en prisión. Quizás, para que el espectador empatice un poco con un presunto violador y de paso señalar como culpable a la víctima. La espectacularización de la política durante estos últimos años ha ido acompañada de estas formas de manipular en programas televisivos de máxima audiencia y que se alejan de lo que debería ser el periodismo constribuyendo así a la normalización del fascismo y a la degradación de nuestra joven democracia.

Eso sí, a Ana Rosa no podemos negarle que al menos en una cosa ha dicho la verdad, y es que hace apenas unas semanas, cuando se anunció el cierre definitivo de Sálvame a favor de impulsar a su productora, y supimos del adelanto electoral, ella misma salió avisando a sus espectadores de que no se iba a ir ahora que empieza una campaña electoral. No podemos negar que al menos en eso, no nos ha engañado. A diario en su programa, y sin esconderse, – donde Eduardo Inda es un tertuliano habitual – despliega esa agenda reaccionaria, una agenda que ataca al feminismo, legitima el discurso de un presunto violador, ataca las leyes progresistas, sitúa marcos favorables a la derecha como el tema de las falsas ocupaciones mientras silencia el problema del derecho a la vivienda que tenemos en nuestro pais. En definitiva, una agenda que se resume en dos palabras: manipulación y fake news. Tampoco es casual los reconocimientos públicos que ha recibido la amiga de Villarejo, dueña de la productora que triunfa en Mediaset, el grupo del difunto Berlusconi vinculado a supuestos casos de prostitución y pederastia. Uno de esos reconocimientos tuvo lugar no hace unos pocos meses: se trata de la famosa medalla que le concedió el alcalde de Madrid, Jose Luis Martinez Almeida, que imaginamos que sería por los servicios prestados. Si Ana Rosa sigue hanciéndolo igual de bien en esta campaña, quizás le ponga el señor Feijóo un monumento en la puerta de Alcalá, porque regarla con dinero público eso ya no es ninguna novedad.

Y para terminar, quiero mencionar algo que viene bien al hilo de todo esto y que por desgracia no saldrá en muchos medios. Me refiero al comentario de la actriz Mónica López que se ha negado a acudir al programa de Pablo Motos por -y cito textual lo que ha dicho- “blanquear al fascismo”. Pese a que mucha gente opina lo mismo, la realidad es que son pocas las voces que se atreven a decirlo abiertamente, y más siendo quién es. Gracias Mónica, por tu valentía y por ser coherente con tus principios. Y desde esta humilde tribuna, mi desprecio a Ana Rosa y a todo lo que representa.

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