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A galopar

Una España en constante aprendizaje pero con el espíritu de lucha y combate que permanece fiel a sus creencias para seguir defendiendo a las minorías y hacer frente al fascismo.

25/07/2023 12:48 h

A galopar

Una España en constante aprendizaje pero con el espíritu de lucha y combate que permanece fiel a sus creencias para seguir defendiendo a las minorías y hacer frente al fascismo.

Es curioso todo lo que se aglutina en la corteza prefrontal. Me llama poderosamente la atención que la concentración y las conductas impulsivas estén localizadas a nivel neurológico en el mapa cerebral junto a la autorregulación emocional y la planificación. Podríamos decir entonces que aquello de la razón y el corazón ciertamente se sitúan muy cerquita en una zona de nuestra cabeza pese a sentir los cosquilleos en el pecho.

Esta región del lóbulo frontal es protagonista en la configuración de nuestra personalidad, también cuando apelamos a la incertidumbre. Nuestro cerebro es una gran máquina de anticipación, de control de la realidad y durante todo su desarrollo crea escenarios posibles ante cualquier situación, configura diferentes resultados y se plantéa qué podría ser real o no, imaginando también posibilidades recónditas. Algunos investigadores han confirmado que alrededor del 90% de lo que nos preocupa nunca sucede pero que estos pensamientos afectan nuestra salud. Conforme avanza el tiempo y las irrealidades se van descartando, cuando se confirman otras realidades es el momento en el que los niveles de ansiedad varían. El ser humano está hecho para el cambio y para el avance. Es en los momentos de no descarte de pensamientos, de no avanzar, de seguir con todos los planes pensados de forma bloqueada, sin poder ir descubriendo el qué pasará, cuando los niveles de estrés se disparan.

Supongamos que hacemos una traslación del plano neuropsicológico al tablero político. Si España fuera una persona su historia habría configurado ese entramado de factores que le marcan la personalidad, llevaría consigo la memoria de una guerra, el dolor que supone la recuperación de la misma, el ir renaciendo a la par que avanzar en ser mejor persona, posiblemente la conquista de derechos le haría sentirse más libre y es casi probable que sus rumiaciones pasarán por la Ley mordaza, la valla de Melilla o los finales de mes. Sus insomnio posiblemente se centren en el cambio climático, en aquellos que cuestionan cómo vivir la sexualidad o porqué las mujeres todavía seguimos precisando reivindicar nuestro feminismo. Me gustaría imaginar esa España con talones desgastados en las calles y puños en alto donde palabras como “resistencia” se enrollan en su ADN para dejarse las cuerdas vocales cuando es momento de defender los servicios públicos. Una España en constante aprendizaje pero con el espíritu de lucha y combate que permanece fiel a sus creencias para seguir defendiendo a las minorías y hacer frente al fascismo.

«Al fin y al cabo España, con sus cicatrices y fisuras, pase lo que pase está dispuesta a seguir creciendo desde una visión plural, diversa y donde por una vez, aquellos que quieren deshacer todos los avances sean los que tengan el sentimiento de que no encajan en la mayoría. »

Ahora esa España respira, el peor de los escenarios se ha descartado: el avance de la ultraderecha no se dará bajo sus pies al menos por ahora y dentro de las instituciones que marcan las leyes, en su inconsciente retumban los ecos de sus antepasados los que cayeron gritando libertad, los que corearon sin descanso aquel “no pasarán”, una melodía le recuerda un pensamiento a futuro: “A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”.

Me gusta pensar que su zona prefrontal trabaja uniendo aquello de las emociones y la razón pura, quizá todo es más complejo que esta síntesis biológica, de hecho: todo es más complejo pero ojalá que la incertidumbre sea resuelta con ese 10% de atino que siempre enmarca la coincidencia entre una de las cartas que se habían apostado. Al fin y al cabo España, con sus cicatrices y fisuras, pase lo que pase está dispuesta a seguir creciendo desde una visión plural, diversa y donde por una vez, aquellos que quieren deshacer todos los avances sean los que tengan el sentimiento de que no encajan en la mayoría.

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