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VALENCIA 21/05/2023. EFE/ Kai Forsterling

El problema no es Vinicius

El problema se llama racismo y tiene mucho que ver con la agenda mediática de la ultraderecha y con los intereses de determinados grupos políticos y empresariales que permiten que el fascismo y el racismo campen a sus anchas.

22/05/2023 12:29 h

El problema no es Vinicius

El problema se llama racismo y tiene mucho que ver con la agenda mediática de la ultraderecha y con los intereses de determinados grupos políticos y empresariales que permiten que el fascismo y el racismo campen a sus anchas.

No es la primera vez que cánticos racistas y fascistas se cuelan en el deporte, y por desgracia algunas hinchadas vinculadas precisamente a la extrema derecha en España, han protagonizado varios capitulos desagradables en los últimos años. Hasta el punto que alguna que otra afición ultraderechista estuvo vinculada a actos criminales, precisamente por motivos ideológicos. ¿Os acordáis de Jimmy? El problema que hemos vivido este pasado fin de semana en el estadio de Valencia con las burlas a Vinicius, jugador del Real Madrid, se resume en que hay mucha impunidad por parte de las autoridades deportivas, y aquí quiero señalar abiertamente a dos: La Liga y la Federación Española de Fútbol.

¿Pero cuándo a estas dos grandes instituciones – que no les mueve precisamente la ética deportiva sino los negocios – les ha importado el racismo? Nunca. Pero el problema no es sólo la impunidad de esas dos instituciones, sino también la que ejerce a diario el poder mediático blanqueando y normalizando actitudes xenófobas y “quitándole hierro al asunto”. Total, solo se trata de llamarle a un moro, moro de mierda, o a un sudaca, mono de mierda. A nadie debería importarle eso. Salvo a los pocos moros y sudacas que hay.

Y aquí es donde creo que se equivocan quienes permiten que el fascismo campe a sus anchas.

«Lo grave no es que el fútbol se vea salpicado por actitudes racistas, sino que haya una tolerancia con estas actitudes dentro de nuestra sociedad»

Por eso es importante visibilizar esto, y señalar a los culpables. A los que insultan en los campos de fútbol y a los que permiten que eso ocurra, dentro y fuera del fútbol.

Lo que hay en juego es el tipo de sociedad que queremos construir. Una sociedad plural, respetuosa y democrático o una sociedad que se mueve ideológicamente en los parámetros de una extrema derecha racista y que atenta contra los derechos y libertades de nuestra democracia. El problema no es si Vinicius es majo o no, si va provocando o dejando de provocar. El problema se llama racismo y tiene mucho que ver con la agenda mediática de la ultraderecha y con los intereses de determinados grupos políticos y empresariales que permiten que campe a sus anchas.

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