Esta semana el país ha estado paralizado tras la carta publicada en sus redes de Pedro Sánchez dejando caer que podría dimitir por no soportar el daño que su familia estaba sufriendo por la desinformación y acciones de lawfare. El detonante fue la apertura de diligencias de un juez que curiosamente tiene una hija concejal del PP, tras la denuncia de la plataforma de ultraderecha Manos Limpias que solo contenía titulares de prensa, algunos de ellos totalmente falsos. El lunes conocimos su decisión de seguir adelante y con más fuerza, pero sin anunciar ni un sola medida que le ponga freno a una deriva antidemocrática que acabó con la vida civil o política de muchas otras personas antes que lo intentaran con él y su pareja.